Más tarde de lo habitual, dejamos nuestro albergue-hotel. Aunque ya despuntaba el día, la Luna llena seguía guiando nuestro caminar. Suave descenso alternando carretera y senda. Aparecen zarzas con moras, alternando con helechos y robles. Vecinos cortando leña para preparar el invierno que no llega.
Riego de Ambrós. Ermita de San Sebastián. Pueblo silencioso y piedra.
Duro descenso hasta Molinaseca. Curiosamente hemos pasado el primer arroyo. Chopos amarilleando. Puente medieval e iglesia. Desayuno y dedo con ampolla abierta. Cura urgente. Gitanillas sobre los balcones de madera en piedra.
Seguimos todo el rato por el acerado de la carretera subiendo suavemente. Casas ajardinadas. No seguimos el sendero que lleva a Campo y un jubilado ponferradino nos acompaña al albergue San Nicolás de Flüe. Ducha, lavado de ropa y comilona. Duele la rodilla y el pie. Buena siesta y visita al Castillo Templario. Impresionante, pero no valorado. Recuerdo con envidia las visitas guiadas a los castillos irlandeses. Virgen de la Encina, torre del Reloj y Ayuntamiento.
Charla con Rogerio, brasileño. Orujo.
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