jueves, 5 de noviembre de 2015

De vuelta a casa: Valladolid

De nuevo paisaje vasco en carretera. Tras varios túneles, cambia. Desaparecen los frondosos bosques y aparece la alta-estepa castellana. También tiene su encanto.
Sin percatarnos, nos encontramos a la orilla del Pisuerga. Visita pospuesta nada menos que 38 años. No hay grises. No hay carreras.
Magnífico hotel, diligentes y simpáticas recepcionistas nos ayudan.

San Pablo, gótico isabelino exuberante. A su lado, un ilustre en ella bautizado, el segundo de los felipes, joven. Museo Nacional de Escultura policromada. Una joya, tanto el contenido, demasiados "santos'? como el continente. Berruguete, Juan de Juni, Gregorio Fernández. El Barroco español. Increíbles artesonados. Colegio de San Gregorio. Fábrica de teólogos. Santa María de la Antigua. Inacabada catedral herreriana. Cervantes, Universidad, Plaza Mayor, Ayuntamiento, ... Bocata de calamares (buenísimo). Gracias Javi. Santiago, Zorrilla, San Benito. Todas cerradas. Al final, interior de San Pablo. Yacente.

Retorno, Pisuerga y baño relajante. Mañana en casa. Ya va siendo hora.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

De vuelta a casa: San Sebastián II

Cansancio y satisfacción.

No conocíamos San Sebastian y nos hemos quedado enamorados de esta ciudad y de su gente.

La ciudad, aristocrática, elegante. Amplias calles, en la parte vieja, muy peatonalizada. Cuidada. Jardines  en cualquier espacio. Aguas verde-azuladas, sobre doradas arenas. Blanco de los edificios circundantes y una iluminación especial. En las alturas, viviendas de cara al mar, con personalísimo estilo y buen gusto. Lujo sin ostentación ni chabacanería.

Adultos disfrutando de las aguas en pleno noviembre por la mañana. Jóvenes por la tarde en sus tablas haciendo lo propio en suaves olas. Contemplación del anochecer.

Churros con chocolate. Catedral neogótica con aguja calada. Modernismo sobre barroca fachada(??).

Funicular de descanso. Espectaculares vista desde el monte Igueldo. Deleite para la vista. Chillida cerrado: desprendimiento impidió ver el Peine.
Majestuosidad del Palacio y el el teatro. 

Escalones para bajar, cuesta para subir.

Modernidad blanca del Kursaal. Edificio cambiante, cubo moneiano y velas rectangulares al viento. Puente sobre El Urumea con incontables faros por farolas.
Paloma de la Paz en Zurriola. Cómo deben ser las olas aquí en plena galerna!

Gente abierta, amable, colaboradora. Sonrisas. Qué lejos del falso prototipo y prejuicio...

Andar,andar, andar.

martes, 3 de noviembre de 2015

De vuelta a casa. San Sebastián I

Última visita a la catedral de Chartres.  El laberinto entre sillas. San Pedro. Casitas de navidad desde la hospería.Volveremos.

Buen viaje, sin incidencias, lluvia. Alegría al oír gracias en  castellano.

Vuelta al paisaje verde vasco, entre agreste y dulce. Me emociona. Tal vez sea por estar de nuevo en tierra segura.

Llegada al hotel. Buen hotel pero algo lejos del centro. Bajada y primera vista nocturna de la Concha.
Paseo por la playa y el barrio viejo. Cerveza, tinto y pinchos.

Me puede gustar esta ciudad. Gente en la calle a las seis de la tarde. Amabilidad. Esto es España.

lunes, 2 de noviembre de 2015

De vuelta a casa. Chartres.

Día con niebla y completamente gris.

Acceso al eurotúnel cortado que engaña al GPS. Maldita maquinita que no funciona y operaria monolingüe. Nervios. Entrada en la lanzadera y mensajito, incidencia en túnel. Retraso. Hora y cuarto. El viaje submarino, inapreciable. Salida sin complicaciones. Buena organización.

Alegría al volver a conducir "por su sitio". Parada bucólica.

Llegada a Chartres. Lío para llegar a la hospedería. Está a 20 m de la cstedral. Zona peatonal. Calle cortada. Nueva pérdida. Al fin lo logramos. Niebla.

Catedral sublime. Ennegrecida por el tiempo. Niebla. Interior oscurecido. Reparaciones. El coro, Nuevo Testamento en piedra. Planta de cruz griega. Tres grandes portadas. Torres desiguales. Laberinto. Sobrecoge.  Tienda y librería en el interior.Me sigue sorprendiendo.

Vidrieras. Rosetones. Por sólo ellas ya merecería la pena visitar la ciudad

Al anochecer, poco a poco la niebla se disipa. Una iluminación muy especial dota a la catedral de una extraña belleza. Las casa y las calles disponen de una coloración suave que realza la visión de las agujas y eleva el espíritu al cielo. Lástima no tener más tiempo para disfrutar de esta joya y de esta ciudad.

Ah! Aterrizaje forzoso.


domingo, 1 de noviembre de 2015

De vuelta a casa: Reino Unido

El amanecer nos despidió de Dublín. Viaje tranquilo y rápido en el transbordador. Salida del puerto sin sobresaltos. Ni nos pidieron la documentación.

Y luego, autovías y autopistas. La mayoría de tres o más carriles por sentido. Inútiles. Gran densidad de tráfico. Parones continuos sin sentido. Vehículos adelantando por izquierda y derecha. Limitaciones de velocidad absurdas y por si fuera poco,  niebla, niebla por la noche. Sólo brumosas luces rojas delante y blancas en el retrovisor. Líneas discontinuas y navegador.

En fin, más de quinientos kms para olvidar.